





Cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en la Ley del Señor:Todo varón primogénito será consagrado al Señor, y para ofrecer en sacrifio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la Ley del Señor.
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